¡He vuelto, amiguitos! No sé lo que durará pero vomitaré cosas que se me vayan ocurriendo en la línea de la anterior etapa del blog.
En este caso traigo una crítica musical, acabo de escuchar el nuevo disco de Fito y Fitipaldis (Antes de que cuente diez), bueno, de Fito... a mi me mola más llamarlo Refrito, Refrito y Fitipaldis. Como diría mi crítico músical preferido, D. Javier Maillo, cada disco de este hombrecillo son los desechos que no entraron en el anterior. Por lo tanto, este Antes de que cuente diez son las canciones que no entraron en Por la boca vive el pez que a su vez son las que no entraron en Lo más lejos a tu lado.
No hay más que escucharlos para darse cuenta de que desde que Fito dejó de meterse ha entrado en un bucle infinito del que parece no saber salir. Fito, tú antes molabas. molabas en Platero, molabas en A puerta cerrada y Los sueños locos, y al menos a mi me seguías molando en Lo más lejos a tu lado.
Pero nada, he oído el nuevo y es pura broza. Más refrito que nunca, melodías calcadas de discos anteriores. Para quien no me crea no tiene más que escuchar el principio de "Los huesos de los besos", ¿no os recuerda a cierto tema en en el que a la luna se le veía el ombligo? En fin...
Es tan refrito que incluso la de "Todo a cien" la cantaba ya en un anterior disco en directo. Toda una declaración de intenciones el nombre de este tema que desde luego, a mi parecer debía haberle dado nombre a este disco, un disco del todo a 100.